La era Morata y el casting del ‘9’

Aunque el asunto pasó algo desapercibido por la polvareda que levantó la llamada de Lamine, Luis de la Fuente dejó abierta la puerta a cerrar la era de Morata en la Selección en su última lista. Por primera vez desde 2018, el madrileño no fue convocado por decisión técnica. En ocho partidos oficiales no ha marcado ningún gol con el Como y, aunque sigue siendo el gran capitán de esta generación, el seleccionador ya no le puede asegurar un sitio. Por eso, y con vistas al Mundial, da la sensación de que De la Fuente quiere saber qué terreno va pisando. Que Borja Iglesias fuese el recambio de Lamine en una lista no fue una casualidad. De la Fuente tiene claro qué fortalezas maneja en los extremos, pero requiere más información de los killers. Desde su primer día en la Selección dijo que él jugaba con un ‘9’ y lo cumplió en marzo de 2023 con aquella aparición estelar de Joselu en el partido contra Noruega en La Rosaleda.

De momento, De la Fuente tiene un preferido. Mikel Oyarzabal, a quien ya había situado en esa posición en su etapa en la Sub-21, le ha respondido con goles. Uno de ellos, el que le dio a España la Eurocopa en Berlín con el 2-1 en la final contra Inglaterra. Oyarzabal es el máximo goleador de la era Luis de la Fuente (12) y en los últimos meses ha explotado en el puesto. Contra Holanda, en los cuartos de final de la Nations League, dejó una actuación para el recuerdo en Valencia, con dos goles. También marcó en la final contra Portugal. Y el sábado sentenció el partido contra Georgia con un golpeo estupendo de falta directa. Por sus características, además, no es sólo un goleador. Da continuidad al juego, lee bien el fútbol y asiste. En la semifinal de la Final Four de Stuttgart, repartió dos asistencias y, recientemente, también se exhibió contra Turquía, con otros dos pases de gol. “Es un jugador muy completo, un futbolista total. Entiende la profundidad. Interpreta muy bien cada situación de juego. Y estoy de acuerdo en que está infravalorado. Creo que no tiene el reconocimiento que debería tener. Es excepcional, pero a veces el eco mediático de otros los tapan un poco”, dijo el seleccionador en la sala de prensa del Martínez Valero.

Otro que se ha asentado como hombre fuerte de Luis de la Fuente es Ferran Torres, tercer máximo goleador de España en esta etapa del seleccionador (siete), y capaz de rendir a satisfacción en el puesto de ‘9’, pero también como comodín en la banda. La pasada temporada, el valenciano dio el salto definitivo como delantero centro en el Barça. Ultimó el conocimiento del oficio al lado de Lewandowski y ahora le pelea la titularidad mano a mano, al punto de ser el preferido por Flick en este inicio de temporada. Con la Selección, es una garantía de gol, porque lleva 22 goles en 50 partidos. Ayoze es la tercera vía. A sus 32 años, aún mantiene la capacidad para jugar al espacio y es un jugador con talento natural que, sin embargo, ha empezado la temporada con problemas físicos en los aductores.

Las dos principales alternativas a los clásicos que De la Fuente maneja son Samu y Borja Iglesias. El primero representa la juventud, la exuberancia y es devastador con espacios. Ya ha debutado con al Selección. Borja ha regresado un par de años después de renunciar después del escándalo Rubiales. Conoce bien el oficio y tiene olfato.

Pero la temporada es larga y hay más nombres. Después de su explosión en el Mundial de Clubes, Gonzalo ya se ha estrenado con la Sub-21. Cabe esperar su evolución en el Madrid, donde no tiene sencillos los minutos, pero es un jugador bajo el radar del seleccionador porque tiene movilidad, desgaste en la presión y olfato.

Y, de súbito, ha aparecido Ansu, al que el universo RFEF siempre ha tratado con un cariño especial. Ha marcado seis goles en sus cinco primeros partidos en el Mónaco porque, si algo ha tenido siempre, es gol. Si recupera la confianza y la intensidad física, podría ser una de las mejores noticias de los últimos años en la Selección y subirse, cuando ya nadie daba un duro por él, al tren del Mundial. Eso sí, aún queda el último arreón de Morata, que se ha ganado un respeto.