Esta Brasil intimida menos

Brasil a siete meses del Mundial intimida un poco menos. Especialmente si la versión de Vinicius y Rodrygo que se vio anoche contra Túnez no se eleva sustancialmente y se parece a la más alicaída de estos últimos tiempos en el Real Madrid. Para colmo, y sobre todo desde la perspectiva precisamente del club blanco, Militao tuvo que marcharse en el minuto 57 con un claro problema físico y gesto torcido, de que algo pasaba...

Poco positivo puede extraer Ancelotti de ese segundo amistoso en una semana contra otra africana mundialista. Si por el 2-0 a Senegal en Londres media Brasil comenzó a lanzar las campanas al vuelo, este 1-1 contra Túnez en Lille echa nitrógeno líquido a tanto optimismo. Estas Águilas de Cartago maniataron durante la mayor parte del partido a la Canarinha y la zarandearon primero.

Si bien es cierto que la gran ocasión inicial fue para Rodrygo, fue fugaz. Era el minuto 10 y Talbi se lanzó como un tigre a por un chut de Rodry que superó Dahmen y parecía directo a inaugurar el marcador, pero una ulterior repetición mostró que la pelota no iba a puerta. Ese matiz explica mucho de lo que se vio de Brasil con 18.000 tunecinos delante. Un sí pero no; o no pero sí.

Fue Mastouri el que sacó a la Verdeamarelha del aire de partido amistoso. En un contragolpe en el que a Ancelotti se le debieron llevar los demonios. Su equipo replegó pasivamente, con Caio Henrique desaparecido y aunque Casemiro quiso, no pudo cubrir esa dimisión defensiva a tiempo.

Mazazo tunecino y reacción brasileña, aunque sin dañar. La primera ocasión de Vini fue en el 27’ y la mejor fue para Rodrygo con un lanzamiento de falta directo en el 38’ que obligó a Dahmen a meter un manoplón. Brasil se sacó del embrollo de penalti por mano de Bronn, convertido por Estêvão en el 44’ (ha adelantado a Vinicius en esa tarea) y mal hizo Brasil no insistiendo en él en otro penalti en el 73’. Esta vez, Paquetá falló. La Brasil de Ancelotti ofrece resquicios...