Dos casos Olmo: el Sevilla necesita 15 millones para no ‘desfichar’

Los entre 15 y 20 millones que se espera deje Juanlu Sánchez en caja en caso de ser traspasado, con el Nápoles como gran pretendiente, no servirían al Sevilla para traerle un sustituto o sustitutos. El club de Nervión necesitará ese dinero para poder inscribir a los dos refuerzos que hizo durante el pasado mercado invernal, Rubén Vargas y Akor Adams. Y también, si finalmente no se desliga, al recién fichado Alfon González.

Ambos futbolistas se encuentran ahora mismo dentro de la plantilla nervionense, pero si no se consigue ese dinero saldrán de ella el 1 de julio. El Sevilla sí que podría inscribir a uno de los dos (pero siempre, con la obligación de conseguir el dinero lo antes posible) en virtud de la nueva regla sobre visados provisionales de LaLiga, que permite alistar a tres nuevos fichajes sin necesidad de agrandar el límite salarial. Uno por traspaso y dos libres. Hay que recordar que a Adams y Vargas llegaron vía venta.

El caso, aunque con evidentes diferencias, se asemeja en algún aspecto al que vivió el Barcelona con Dani Olmo durante la campaña que acaba de concluir. El club azulgrana acabó inscribiendo al internacional español pero no conseguir la suma necesaria posteriormente provocó que LaLiga quisiera desinscribirlo en enero. En el Barça apelaron a la justicia ordinaria y posteriormente al CSD. Solo así lograron llevarse el gato al agua.

Muy probablemente, en el Sevilla no querrán ni tendrán que llegar a ese punto con todo el verano por delante. La venta de Juanlu, que apunta a producirse después de este Europeo Sub-21 que el lateral ha disputado con España, desbloqueará la cifra necesaria.

Pero en Nervión se verán abocados a vender a otros jugadores, con Loic Badé y Dodi Lukebakio como mayores cheques al portador, si quieren lograr el dinero que les permita reforzar todas y cada una de las líneas del equipo. Antonio Cordón se ha encontrado más trabajo incluso del esperado a su llegada a Nervión. Al nuevo director deportivo le aguarda un verano de órdago.