Los Wolves de Jorge Mendes: el doble de jugadores portugueses que británicos

A los jugadores que fichan por el Wolverhampton Wanderers les es más práctico aprender portugués antes que inglés, si no hablan ninguno de los dos idiomas ya. La lengua de Shakespeare es residual en este equipo del interior de Inglaterra. En el vestuario de los Wolves encontramos el doble de futbolistas portugueses (10) que británicos (5). En la plantilla del Oporto, vigente campeón de la Liga NOS, hay solamente cuatro más.

El último nombre en unirse a esta colonia lusa en Wolverhampton ha sido Fábio Silva, un delantero de 18 años, con apenas 21 partidos en el primer equipo del Oporto (muy prometedores)... ¡y por el que han pagado 40 millones de euros! Es la contratación más cara en la historia de la entidad. La adaptación al club no le será difícil.

El fútbol ha cambiado. En 1888, los Wolves fueron uno de los 12 fundadores de la Football League. Posteriormente inspiraron el nacimiento de la Copa de Europa. Hace ocho años militaban en League One (Segunda División B española)... La pasada temporada terminaron séptimos en Premier y llegaron a los cuartos de final de la Europa League.

Detrás de este crecimiento disparado se esconde un nombre bastante dificil de pronunciar: Guo Guangchang, multimillonario chino que hace cuatro años compró el club por 52 millones de euros. Para consolidar el modelo, también adquirió el 20% de Gestifute, la agencia de representación propiedad de Jorge Mendes.

El Wolverhampton Wanderers lleva moldeando desde 2016 un proyecto de habla portuguesa. Ese año llegaron Hélder Costa, Joao Teixeira e Ivan Cabaleiro. En 2017 lo hicieron Rúben Neves y Roderick Miranda, además del entrenador, Nuno Espírito Santo. En 2018, Rui Patricio, Joao Moutinho, Diogo Jota y Rúben Vinagre. En 2019, Daniel Podence, Pedro Neto y Bruno Jordao.

Desde 2016, los Wolves han gastado alrededor de 125 millones de euros solamente en futbolistas portugueses. En los últimos dos años, 235 millones en general. La opción más próxima para los jugadores británicos que quieran probar suerte en el extranjero es la de marcharse a Wolverhampton.